Duelo de adultez

Recuerdo momentos de mi vida en los que abrigué
mis carencias con excesos de necesidades
cubiertas con poder, instrucción o soberbia
para ocultar -de mi mismo- dolorosas verdades.

En necia actitud obré de voluntad carente
ignorando el fin último de la Vida
que en la tierna infancia, infalible intuí
cuando los subterfugios de la mente aun desconocía.

¡E ignorante y gozoso en placeres me perdí
llenando mi saco de necedades!
¡Y un fuerte y poderoso cuerpo me construí
para aplacar las quimeras existenciales!

Hastío, vergonzosa flagelación
quiero despersonalizarme, dejar de ser Yo
y escribir un predicado infinito
donde el sujeto se funda con el vacío.

Mas de tu seno, maya, soy un vil prisionero
en tu flagrante refulgir me hallo encandilado
y aunque intuya a Dios en un buen agüero
no sé bien si esta vida es mi propio imago.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El suicida

Turbulencia